viernes, 2 de marzo de 2012

Juan Bravezo sigue 'dando guerra' en las canchas autonómicas a sus 42 años y esta temporada coincide con su hijo Álvaro, de 18, en la 1ª plantilla.


Juan tiene 42 años. Es presidente de la Junta Local de Santa María del Águila, agricultor toda la vida y además ha sido presidente de UNICEF, defensor del menor y trabaja con personas con discapacidad intelectual. Álvaro tiene 18 años y estudia 2º de Bachillerato en el Liceo Mediterráneo en El Ejido. Son padre e hijo y este año protagonizan un hecho curioso: comparten vestuario en el primer equipo del CBP Vícar en 1ª División Nacional. ¿Casos similares? Muy pocos: también en baloncesto, hubo uno en Algeciras (Tano y Ale Marín) y en fútbol, en la selección islandesa Eidur Gudjohnsen debutó sustituyendo a su padre.

Álvaro se estrena en categoría nacional esta temporada tras pasar por las categorías inferiores de El Ejido CB. Juan lleva ya 23 años jugando. Lo hizo toda la vida en El Ejido pero también ha pasado por La Mojonera y Adra. Empezó tarde, con 19 años, con su hermano Francis, "el bueno de la familia". Y recuerda que "me iba a entrenar después de estar todo el día trabajando en el invernadero. Me comía el bocadillo en el coche para llegar a tiempo a la Frusol". De aquel entonces, Juan comenta que "con 19 años pesaba 69 kilos, con 1.93 de altura. Muchas veces en lugar de dar miedo, daba lástima". Su longevidad se debe a que "he tenido la suerte de no lesionarme. En 23 años solo me he perdido un partido por lesión y fue porque vino mi mujer, que si no, juego. El día que tenga una lesión grave, lo dejo. No tengo tiempo para recuperarme. Tengo varias operaciones pendientes y las voy posponiendo". Con la muñeca partida desde hace 24 años, que le ha hecho perder el 60% de la movilidad de la mano derecha, y dos hernias de disco, "me he acostumbrado a jugar con dolor. Muchas veces no digo si me duele más o menos porque si no Joaquín (su entrenador) me quita". Y afirma que "si juego cinco minutos porque el entrenador lo decide, no hay problema. Pero yo vengo a jugar los 40 minutos".

Nunca le han pitado una técnica en partido oficial. "Hay quien dice que soy violento en la pista. Soy agresivo, pero violento, no". De sus años en El Ejido, recuerda muchas anécdotas. "Un día Junior (Braswell) me avisó que mi Álvaro, que tenía dos años, se había dormido encima de la pelota". Y se deshace en elogios hacia Silverio Martínez. "Con mucha diferencia, el mejor jugador de esta tierra. Muy elegante. Él sí podía haber vivido de esto. Le he visto hacer cosas increíbles". Después ha habido otros "muy buenos, como Ángel Víctor Hernández o Luis Parejo. Pero Silver era elegante y lo hacía todo muy simple, para quitarte el sombrero". En esa etapa, destaca también que "ha habido muchos compañeros que me han tratado de igual, como Silver, Pascual Sánchez o Vicente Moreno". Bravezo, que afirma haber metido su primer triple con 33 años, siempre jugó en el segundo equipo. "Fui convocado por primera vez con el primer equipo con 23 años. Luego me convocaron con 31 y me hizo todavía más ilusión". Explica que "el baloncesto son tres t: técnica, táctica y testicular: Yo no tengo técnica, pero lo suplo con lo último". Y añora los derbis con La Salle: "eso sí eran duelos de verdad. Allí sí había un pique y una rivalidad importantes". Y el público, "entonces era mucho más visceral que ahora".

Álvaro está orgulloso de su padre. "En casi todos los pabellones le conocen. Estamos en Linares o en Córdoba y saben quién es". Pero no quiere que se le conozca por él. "Tampoco me gusta ir diciéndolo. Soy un jugador más". Su padre coincide: "Siempre vengo mentalizado de que el que juega es un compañero que se llama Álvaro Bravezo. Lo he hecho yo, lo ha parido mi mujer, vive en mi casa y lo alimento yo, pero aquí es mi compañero. Me daba miedo que me saliera la vena paterna". Álvaro ya había avisado a su padre de que "antes de que se retirara teníamos que jugar juntos". El primer partido oficial fue en El Toyo ante Adaba. "Ese día no lloré", dice Juan, "ya lo hice antes cuando Joaquín me dijo que le haría ficha con el equipo. Yo no se lo había pedido y ese día me sentí feliz. Tiene que ganarse el respeto entre sus compañeros y estos no le tratan como 'el hijo de', sino como Brave. Eso me encanta".

Por ahora solo coincidirán este año, o eso espera Juan, "porque se vaya a estudiar fuera", aunque afirma que "cuando vuelva, seguiremos jugando". Y es que Bravezo padre no piensa todavía en colgar las botas. "Quiero acumular vida a los años, quiero vivir la vida. Sé que al final de mis días los últimos cinco minutos van a ser de recuerdos, emociones y sentimientos. Y quiero que en vez de cinco, sean diez. O quince. O veinte".

http://www.elalmeria.es/article/deportes/1195752/la/pista/solo/pienso/es/otro/companero.html

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